Entre la frontera de Nigeria y Camerún se encuentran los montes Alantika,cuyo nombre significa “donde Alá no ha llegado” un auténtico paraíso con bosques , ríos y cascadas, realmente un paisaje espectacular, en ellos habitan aislados desde hace 200 años un pueblo realmente increíble, los Koma. Se escondieron en estos montes escapando de la conquista de los musulmanes hace 200 años. Hay dos tipos de Koma, los teka-teka y los maya-maya, estos últimos aún conservan sus tradiciones intactas, así como sus creencias animistas.
Su situación aislada hace que vivan como hace 200 años, pese a la presión del gobierno camerunés y las misiones cristianas que están en el valle de Faro.
Para llegar a este lugar aislado hay que caminar varias horas por campos de baobabs, y grandes campos de maíz y mijo, subir por las escarpadas pendientes de los montes Alantika.
La aldea a la cual llegamos con el nombre de Lugga,es un auténtico paraíso, nada más llegar nos encontramos a las mujeres y los niños que con el saludo “Maya-Maya” nos dan la bienvenida a su aldea.
Las mujeres van vestidas con unas hojas frescas que rehacen todos los días con las que cubren sus genitales, su alimentación está basada en el mijo, tienen pequeñas plantaciones que cuidan durante todo el año vigilando todos los días para que los babuinos no se coman la cosecha. Las casas circulares construidas de barro y paja con sus pequeñas despensas de mijo y los caminos marcados con piedras hace de Lugga un sueño.
Una de las cosas que me sorprendió de los Koma es la igualdad entre los sexos ya que ambos se dedican a las tareas agrícolas y al cuidado de los niños.
Después de 3 días viviendo con ellos, nos enseñaron muchos valores que en nuestra sociedad se han perdido, el valor de pertenecer a un grupo , la solidaridad, compartir y trabajar por su pueblo.
El pueblo Koma es uno de las etnias menos contaminadas por el hombre blanco, y con una fragilidad increíble, por ello espero que los Koma y su paraíso “Lugga”, siga su camino, el camino que ellos quieran.